El cambio ha llegado.
La vida sostenible de Madrid
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qué queremos
comprar al estilo vintage
Dado el problema actual de los residuos masivos, es obvio que necesitamos adoptar nuevos hábitos. Evitar es mejor que reciclar. Pongamos el principio en práctica: Cuando vayas a hacer la compra, llévate unos tarros vacíos, lavados y limpios. Para las frutas, unas mayas o unas bolsas de pan. Compra en los mercados de barrio y en las tiendas a granel. Volverás sin traer más residuos a casa. Tu corazón verde se sentirá inmediatamente aliviado.
adios a los microplásticos
Sea moda rápida o ropa deportiva de alta calidad: la mayoría de las piezas hoy en día son de fibras sintéticas. Y éstas tienen una gran participación en el desastre microplástico de nuestros océanos. Con cada ciclo de lavado, se desprenden partículas de fibra más finas. Esta avalancha de fibras llega a nuestros océanos a través de las aguas residuales. Ni el filtro de su lavadora ni las modernas plantas de tratamiento de aguas residuales pueden pararlas. Cuando una ciudad como Berlín lava la ropa, la contaminación de las aguas con fibras microplásticas equivale a medio millón de bolsas de plástico, ¡cada día! También el algodón tiene su problema con el medioambiente. La salida es comprar menos, pasar y reusar en vez de tirar. Comprar ropa de fibras naturales, ecológicas.
nutrición consciente
Somos muchas personas en la tierra. Para usar los recursos del planeta sabiamente, necesitamos acercarnos en nuestra alimentación a la cultura vegana: consumir los eslabones más bajos de las cadenas alimenticias. ¡Mucha comida vegetal!
También, intentemos acortar los caminos de la comida al plato. pues todo medio de transporte consume energía. Es preferible la producción local y la distribución más directa posible. Cuando escasea un alimento, el precio tiene que subir para frenar el consumo. Este mecanismo mantiene sano el balance ingresos/gastos a los agricultores y pescadores.
Para disfrutar de los productos que no crecen aquí, lo mejor es conseguirlos a través del comercio justo. El café, té, chocolate… Así evitamos que los granujas de los países subdesarrollados se enriquezcan a costa de la población.
los patinetes etcétera
…es cierto que contaminan menos que un vehículo grande. Pero también es triste que la sociedad se haya olvidado de los vehículos de propulsión muscular. Con lo saludables que son. Incluso los más jóvenes y fuertes entre nosotros suelen desplazarse mediante motores eléctricos. Levanto la ceja y pienso: cada batería menos sería mejor. ¿Me equivoco?
limpieza
La lejía no fue diseñada por Dios. La tierra estaría mejor sin ella. Limpieza se realiza por frecuencia en lugar de sustancias agresivas. Habrá lugares donde el uso de los desinfectantes sea inevitable, por ejemplo en los hospitales, pero ¿de qué sirve la lejía en e el suelo del portal? ¿Por las calles? ¿Y por qué no prescindir de ella en casa? Hay que empezar a razonar.
El jabón natural es la madre de todos los productos de limpieza, y hay pocos que no podrías sustituir por ella. Lo que puede un gel de ducha, un fairy, un detergente para el baño o los suelos… inténtalo: el jabón de pastilla sirve igualmente y viene sin bote de plástico.
el aire
Cuanto más frío esté el aire acondicionado, más calor se libera a la calle. El calor del verano es especialmente insoportable en las zonas comerciales, en cuyos locales se exagera con el frescor para atraer a los clientes.
Refrescarse en un coche aparcado arrancando el motor y aire acondicionado es un gesto muy feo. Por favor no lo hagas. Para refrescarte encontrarás un bar, la sombra de un arbol o de un portal. Cada pequeño esfuerzo vale la pena.
Por cierto: el frescor natural de la noche es muy rico. ¡ Pruebalo! Abre la ventana y duerme bien. (Aunque por supuesto haya que evitar el peligro que entren ladrones.)
en invierno
El pináculo del desperdicio de energía son los radiadores y las llamas de gas para las terrazas. Entendido el interés comercial, pero permitir ésto, mientras se reduzca la calefacción en escuelas y hogares, es indignante.
resumiendo
Ayudemos a los políticos. Están tan preocupados por sus puestos que alguna decisión no la van a tomar. Y nosotros tampoco queremos vivir en un estado lleno de prohibiciones y control. En muchos asuntos, el mejor camino a la mejora es la propia iniciativa. Para llegar a llevar una vida sostenible necesitamos nada más que un corazón verde.